El 17 de noviembre, el proyecto argentino Carolina Rabinovich presenta Estados Pablianos, un disco que combina el pulso del stoner y el doom con la sensibilidad melódica del pop. Grabado íntegramente de forma casera, con un portaestudio digital de ocho canales, una Roland MC-307 y guitarras eléctricas de baja gama, el álbum reivindica la potencia creativa de lo artesanal y lo autogestivo.

Estados Pablianos propone un nuevo territorio sonoro: el doompop, una mezcla de fuzzes densos, distorsiones profundas y estructuras pop que abren paso a letras cargadas de melancolía, deseo y desamor. Cada canción funciona como un estado emocional, un “trance pabliano” donde la vulnerabilidad se cruza con la intensidad.

El disco se inscribe en una tradición argentina del sonido pesado, con referentes como Los Natas, Sergio Ch, Wicca 333 o Hijo de la Tormenta, pero también dialoga con la escena pop y electrorock contemporánea, de Babasónicos, Miranda!, Carca, Peces Raros e Indios. Esa tensión entre densidad y ligereza define la identidad del proyecto, que busca construir un punto de encuentro entre lo oscuro y lo luminoso.

El arte del disco fue desarrollado por Fabrizio Ross, quien traduce visualmente las texturas del sonido con imágenes saturadas y un enfoque minimalista.

Con Estados Pablianos, Carolina Rabinovich regresa a las plataformas digitales reafirmando su identidad como uno de los proyectos más singulares del under argentino.

Sobre el proyecto

Carolina Rabinovich es un concepto musical creado por Paulo Giménez en 2009 en el Sur del Valle de Punilla, Córdoba, Argentina.

A lo largo de más de una década y media, el proyecto se ha consolidado como una exploración constante del fuzz rock, el lo-fi argentino y el pop alternativo, delineando un sonido propio que Giménez define como doompop: “el punto donde la distorsión y la ternura se encuentran sin pedir permiso”.

Con una identidad de one man band y una impronta profundamente autogestiva, Carolina Rabinovich combina producción casera, composición emocional y estética visual integrada, construyendo una propuesta artística coherente y radicalmente personal.